5 may 2023

Mamá

 Mamá 

Me acostumbré a tu ausencia disfrutando tu presencia interior.

El domingo el entorno social que me rodea felicitará.

Elegí no ser madre.

Me quedé en ser tu hija.

A veces, cuando no lo pude remediar, pensé que me negué esa posibilidad.

En el 92 no hubo marcha atrás. Tampoco antes.

Cuando me acompañaste y me dijeron que no podía contar con esa relación sexual fue en realidad el momento en que mi naturaleza no iba a funcionar.

Unos miomas que me hacían sangrar sin control.

Una histerectomía que en julio me los extirpó.

Una crisis de amputación silenciosa que me costó una dura depresión.

Una vida que tuve que adaptar a escuchar las demandas de salud que mi cuerpo demandaba.

Esos años entre mi 33 cumpleaños y ese desenlace fueron pasando factura. Ahora parece que tras mis cuidados no lo llevo tan mal. Me acostumbré. Aprendí a cuidar de mí.

Estuve a vuestro lado.

Sabía que no podía esperar otra cosa. Se dice que es ley de vida.

La vida te robó al primogénito. El primero y segundo hijo, mis hermanos mayores que no alcanzaron un año.

Eran tiempos de postguerra, en una España rural rota. La medicina dejó de lado a tantos.

¿Cómo te sobrepusiste?

¿Cómo lo conseguisteis?

Luchar. Hacer sangre. Ese era vuestro recurso. Sobrevivir y avanzar.

Niños en la guerra, tú y papá.

Una contienda en que las bombas os robaron los juegos que hoy niños y niñas pueden gozar en esta España actual.

Recuerdo que no soportabas guerras en noticias o películas. Yo tampoco, porque cuando me hablabas de tu memoria hice míos tus miedos.

Escribí mis primeras narrativas a vuestro lado. Te las leía. Me decías que los iba matando. La vida nos va matando. Por dentro y por fuera.

Cuando pienso en el mal agüero de futuro, tiemblo. No por mí, que yo estoy en ese punto en que mirar atrás es largo recorrido. Por esas nuevas generaciones que están entrando a participar en el meollo social del que aún soy parte.


16 dic 2022

La tetadica de mama

Navidades pasadas

Navidades pasadas
Allí llegaba. A vuestro lado.
Salía cargada e ilusionada.
Elegí el mejor de los trabajos.
Vacaciones escolares me ofrecieron tiempo para estar a vuestro lado. 

Lamenté las fechas del calendario. Y no sabía que eran lo mejor de mi vida.

Ambicionaba saberes. Conociendo. Y os tenía.

Los transportes, a lo largo del tiempo acortaron distancias.
En los primeros, años setenta e inicios de los ochenta, entrábamos en Lérida y allí transbordo. Ir a taquilla y coger el que nos llevaba a casica, a por la tetadica de mama. Como nos decíamos unas a otras, antiguas compañeras de estudios.
Entonces, la estación de autobuses cerca del parque. Maleta sin ruedas, la que me regalasteis.
Que de vuelta cargaba algo más.
El frío seco de Huesca, en aquellos diciembres. Reencuentros.
Hoy me duelen estos diciembres, y mañana, si llego, los miraré añorada.

https://labrysmoom.wordpress.com/2022/12/16/navidades-pasadas

22 oct 2020

Los recuerdos

Ayer y hoy han venido recuerdos de familia.
Vosotros, los abuelos, Damiana. 
Huesca. 
Tardienta. 
Es un regalo contemplar desde mis 66 aquello que tu me explicabas, y que yo vivía.
Con ellos reconstruyó tu tiempo en la vida. 
Con ellos piso el rastro que me precede. 
He empezado a escribir en teclado. 
Cuando estaba con vosotros lo hacía primero en libretas cuadriculadas.
Te leía las historias que me nacían. 
Ahora es memoria reconstruida. 

21 oct 2020

4


Tuviste cuatro partos. Yo soy la cuarta.

Os casasteis en Tardienta, en diciembre. Saliendo de tu casa materna.

Papá, tu pretendiente, le dijo a mi abuelo Francisco, tu padre, que te respetaba y respetaría porque te quería para casarse.

Fue en un Hospital. Creo que uno que dejó de funcionar.

Te operaron de una de las rodillas. La otra en la clínica regional, siendo yo niña. Intervenciones que dejaron marca de corte horizontal. Era un líquido. Imagino que de fregar suelos de rodillas.

reconstrucciones


Muchas acciones cotidianas me transportan a ti.

Observándolas recuerdo qué hacias y cómo.

Muchos recuerdos crecen.

Son estos días.
Es mi proceso vital.
Ès el tiempo en que la memoria saca a ventilar aquello que parecía olvidar.